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martes, 13 de mayo de 2025

El tiempo pasa, no vuelve; pero los lazos permanecen, siguen ahí

Han pasado 22 años desde la última vez que estuve en Argentina. Es mucho tiempo. En el año 2000 visité el país por primera vez, viajé a San Miguel de Tucumán, donde tengo familia, era el impulso para acercarme allí. El viaje tenía un doble propósito: personal y profesional. Aproveché la visita para conectar con las universidades de la zona. Ya trabajaba entonces en la Universidad de Burgos, y sentía el impulso de construir puentes entre España y Argentina, entre Europa y América Latina, entre mi historia familiar y mi trabajo académico.

Aquel viaje fue el comienzo de algo ilusionante: junto con Carmina en Argentina y más colaboración, organizamos un doctorado de la Universidad de Burgos en Tucumán. Regresé en 2002 y 2003, con las ganas y esperanza de la juventud.

En aquel momento la realidad pudo más que la ilusión, quizá el contexto no era aún el adecuado. Faltaba madurez institucional, tecnología, tiempo. La docencia online era algo aún marginal, y las videoconferencias eran casi ciencia ficción. El proyecto no pudo continuar. Como ocurre tantas veces en la vida, lo sembrado no dio fruto inmediato.

Y entonces… pasaron los años. Ahora regreso, aprovechando una estancia académica en la Universidad de Buenos Aires. Antes de parar en la capital, decidí regalarme algo más valioso que cualquier congreso o reunión: una semana en Tucumán. Una semana para reencontrarme con mi familia, con los recuerdos de una etapa de mi vida en la que los sueños aún estaban por escribirse y quizá volver a hacer crecer la relación universitaria que no se desarrolló en aquel momento.

Es una experiencia extraña, emocionante y profundamente humana. Quiero ver cómo ha cambiado el lugar, pero también cómo han crecido las personas. Quiero conocer a los hijos de mis primos, ver en sus rostros algo de la historia que compartimos. Sentir cómo el tiempo transforma, pero también cómo nos espera, de alguna manera.

A veces hablamos de "gestionar el tiempo" como si fuera un recurso más: como si se pudiera ordenar, distribuir o dominar con disciplina. Pero el tiempo no se gestiona del todo. El tiempo se vive. Se decide. Se honra.

Durante años, el tiempo se me fue en otros proyectos, otras urgencias, otros compromisos. Y está bien. Así es la vida. Ahora que vuelvo, me doy cuenta de que a veces "vivir tu tiempo" significa simplemente volver. Volver a lo que dejaste en pausa. Volver a los vínculos que te hicieron ser quien eres. Volver a los lugares que marcaron tu camino.

“Vivir tu tiempo a veces significa volver”

Si tienes suerte, tendrás tiempo para regresar y volver a experimentar parte de lo que vivas. Pero nunca se sabe, hay que aprovechar esta visita como si fuese la última.

Hoy, 22 años después, siento que vuelvo no solo a un país, sino a una parte de mí que había quedado en suspenso. Vuelvo a unas raíces que pueden seguir profundizando.

Porque el tiempo no vuelve, pero los lazos, si los cuidas, permanecen.

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viernes, 12 de febrero de 2016

Lo que de verdad importa

¿Qué es lo que de verdad te importa? Parece una pregunta fácil, prueba a contestar y mejor si lo haces por escrito antes de seguir leyendo, antes de pasar a la segunda pregunta.

¿Se nota lo que de verdad te importa en tu ocupación diaria? ¿Tienes la dedicación suficiente a lo que de verdad te importa? Pues son los hechos lo que cuenta, lo que se ve y percibe, aunque también la intención tenga su valor.

Si tienes claras las respuestas es un gran avance, la mitad del camino es saber a dónde quieres ir, después sólo queda caminar.

Si observamos a qué dedica el tiempo y la mente la sociedad parece que andamos a la búsqueda de ser reconocidos, de la riqueza, del dinero, que pensamos va a solucionar todos nuestros problemas o va a ser lo que nos de seguridad.

Lo que han descubierto en un estudio que se lleva haciendo en Harvard desde hace más de 75 años, desde 1938, siguiendo la vida de personas durante ese tiempo, que ahora tienen más de 90 años, es que lo que de verdad importa es tener buenas relaciones, relaciones significativas y cercanas.
Imagen de Norfl Carrodeguas - fieles amigos
Esta semana está siendo intensa, José, un amigo que no está en Burgos (nuestra ciudad común y dónde estamos parte del grupo de amigos) está pasando momentos duros. Desde aquí le mando un abrazo y le deseo que vaya bien. Afortunadamente ahora tiene cerca gente también cercana, y es que los momentos duros son más llevaderos cuando tenemos personas que nos acompañan. Incluso cuando nos acompañan en la distancia.

Pienso en los momentos difíciles que pueden tener los que viven lejos, en otra ciudad, han tenido que salir de España por la crisis (o por otros motivos) y espero que puedan contar con personas cercanas. Un accidente lejos de los seres queridos, con su periodo de recuperación en el hospital, puede ser mucho más duro para el que lo sufre y para los que le quieren.

Las buenas relaciones nos mantienen más felices y con una mejor salud física y mental, nuestro cerebro funciona mejor y tenemos más ganas de vivir. La vida se alarga en tiempo, vivimos más tiempo y también vivimos mejor el tiempo que vivimos. La clave ahora que hemos dado más años a la vida es dar más vida a los años y la clave está en las relaciones que mantenemos.

Así que hay que poner primero a las personas y después lo demás. No se puede ser rápido con las personas, no podemos ser eficientes en las relaciones, no puedes estar mirando continuamente el reloj en un encuentro. Hay que dedicar tiempo en cantidad suficiente, no sólo tiempo de calidad.

Se puede estar sólo entre la multitud, se puede estar sólo viviendo en pareja, se puede estar sólo teniendo muchos amigos. Vivir con los demás forma parte de tu actitud, de tus ganas de compartir. ¿Qué tipo de relaciones tienes? Si no son buenas no busques culpables, no busques la causa en los demás o en la situación, enfócate en lo que puedes hacer tú, en cuál es tu responsabilidad para mejorar tus relaciones, si es que de verdad te importan. Los demás no tienen por qué cambiar aunque tú quieras que cambien; si cambias tú, cambiarán tus relaciones, la iniciativa está en ti.

La clave de hoy: buenas relaciones con la familia, los amigos y la comunidad; sentir que contribuyes y formas parte de algo más grande, que compartes tu camino, tus alegrías, decepciones y dificultades. Las alegrías compartidas son más alegres y las dificultades compartidas son menos difíciles. Compartir es partir con (alguien), te deseo buenas relaciones.

La importancia de las relaciones interpersonales, de ser escuchado y saber escuchar, hablar con franqueza queda de manifiesto en este artículo de Theodore Zeldin que me pasó un amigo. Gracias Oliver por compartir lo que sabes que me interesa, si a los amigos les comentamos nuestros sueños nos ayudan a que los convirtamos en realidad.
Te dejo con una charla de 12 minutos de Robert Waldinger, quien ahora dirige el estudio llevado a cabo en Harvard durante más de 75 años, sobre que hace una buena vida:

lunes, 20 de abril de 2015

Conversaciones significativas

Somos en nuestra relación con los demás, sociales por naturaleza y las conversaciones desarrollan nuestras relaciones. Las conversaciones que mantenemos ponen de manifiesto nuestra forma de ser y estar con el otro. Pueden ser superficiales o profundas, serias o divertidas, aburridas o amenas, mostrar cabreo, resentimiento, cercanía y tantas otras cosas.

He tenido la suerte de compartir conversaciones significativas en el último mes, compartiendo el camino de la vida, la búsqueda de sentido y el encuentro con uno mismo y con los demás. Hay conversaciones que pueden cambiar la existencia, el modo de vivir, en las que nos implicamos y nos expresamos desde nuestro ser, en la búsqueda del encuentro.

A veces tenemos conversaciones pendientes, que sabemos son importantes y quizá por eso nos asustan y posponemos. Normalmente esas conversaciones son importantes porque la persona con la que tendrían lugar es importante para nosotros, la podemos sentir cerca aunque esté a kilómetros y no la hayamos visto hace años.
Foto de Silvlapef -conversaciones en la ciudadela
Las conversaciones ayudan a mejorar las relaciones y a clarificar expectativas. Esas conversaciones pendientes hacen que hagamos suposiciones, muchas veces erróneas y que equivoquemos lo que esperan de nosotros.

No sólo en las conversaciones pendientes, también se da con gente con la que creemos que lo tenemos claro. Puede ser  que pensemos que nuestros padres quieren que triunfemos y hacemos por cumplir esa expectativa, seguramente lo único que quieren es que seamos felices, seamos como queramos ser.

¿Sabes cuáles son las relaciones importantes en tu vida? Si te paras a pensar igual te das cuenta de que alguien que era importante en tu vida ya no lo es tanto, no es tan importante como pensabas. Y puede que encuentres personas que han empezado a ser importantes.

¿Qué nota pondrías a esas relaciones? ¿Se pueden mejorar? Casi siempre se puede mejorar. Una vez que conozcas cuáles son tus relaciones importantes un gran paso puede ser clarificar expectativas, en ambas direcciones ¿Qué esperan de ti? ¿Qué esperas de ellos?

Puedes empezar tratando de clarificar qué quieren-esperan de ti. El primer paso puede ser pararte a pensar, tratar de adivinar, que quieren de ti. Después ya preguntarás, si decides tener esa conversación. Escribe tus conclusiones en un párrafo o dos.

Sabiendo lo que quieren es más fácil. Teniendo claro que es lo que esperan de nosotros podemos pasar de sentirnos abrumados por lo que creemos que esperan, a queridos y apoyados cuando lo vemos a través de sus ojos. Habitualmente sobrestimamos lo que la gente espera de nosotros.

Después viendo si tienes claro que esperas de esa relación, cuáles son tus expectativas, para clarificarlas primero contigo mismo y después poder compartirlas con esa persona importante.

Puede que pienses que va a ser difícil, igual decides no tener esa conversación, no pasa nada, quizá otras personas te pueden orientar sobre qué puede esperar esa persona importante.

También nos podemos observar ¿Qué reacciones automáticas tenemos con la gente que es importante para nosotros? ¿Cómo afectan estas reacciones a nuestras relaciones?

Para estas conversaciones escoge bien el momento, el lugar, con tiempo suficiente. No hables de lo que no quieres. Cada relación es única y cada persona reaccionará de una manera distinta. El propósito es clarificar las expectativas que tenemos ahora y si tiene sentido cambiarlas. Dejar a los demás sintiendo que los entiendes mejor y que la relación es mejor. Mirar más al futuro que al pasado.

Te invito a mantener conversaciones significativas con aquellos que quieres, aquellos que son importantes para ti. Te propongo que tengas esta semana una conversación significativa con alguien de tu familia, con alguien del trabajo (igual tú jefe), con un buen amigo o un compañero de viaje. Te invito a que clarifiques las expectativas de tus relaciones (no tengas las conversaciones que no quieras tener).


Este post está inspirado en el libro de Stewart D. Friedman “Leading the Life You Want: Skills for Integrating Work and Life” (Harvard Business, 2014)