Somos
en nuestra relación con los demás, sociales por naturaleza y las conversaciones
desarrollan nuestras relaciones. Las conversaciones que mantenemos ponen de
manifiesto nuestra forma de ser y estar con el otro. Pueden ser superficiales o
profundas, serias o divertidas, aburridas o amenas, mostrar cabreo, resentimiento,
cercanía y tantas otras cosas.
He
tenido la suerte de compartir conversaciones significativas en el último mes,
compartiendo el camino de la vida, la búsqueda de sentido y el encuentro con
uno mismo y con los demás. Hay conversaciones que pueden cambiar la existencia,
el modo de vivir, en las que nos implicamos y nos expresamos desde nuestro ser,
en la búsqueda del encuentro.
A
veces tenemos conversaciones pendientes, que sabemos son importantes y quizá
por eso nos asustan y posponemos. Normalmente esas conversaciones son
importantes porque la persona con la que tendrían lugar es importante para
nosotros, la podemos sentir cerca aunque esté a kilómetros y no la hayamos
visto hace años.
Foto de Silvlapef -conversaciones en la ciudadela |
Las
conversaciones ayudan a mejorar las relaciones y a clarificar expectativas.
Esas conversaciones pendientes hacen que hagamos suposiciones, muchas veces erróneas
y que equivoquemos lo que esperan de nosotros.
No
sólo en las conversaciones pendientes, también se da con gente con la que
creemos que lo tenemos claro. Puede ser
que pensemos que nuestros padres quieren que triunfemos y
hacemos por cumplir esa expectativa, seguramente lo único que quieren es que
seamos felices, seamos como queramos ser.
¿Sabes
cuáles son las relaciones importantes en tu vida? Si te paras a pensar igual te
das cuenta de que alguien que era importante en tu vida ya no lo es tanto, no
es tan importante como pensabas. Y puede que encuentres personas que han
empezado a ser importantes.
¿Qué
nota pondrías a esas relaciones? ¿Se pueden mejorar? Casi siempre se puede
mejorar. Una vez que conozcas cuáles son tus relaciones importantes un gran
paso puede ser clarificar expectativas, en ambas direcciones ¿Qué esperan de ti?
¿Qué esperas de ellos?
Puedes
empezar tratando de clarificar qué quieren-esperan de ti. El primer paso puede
ser pararte a pensar, tratar de adivinar, que quieren de ti. Después ya
preguntarás, si decides tener esa conversación. Escribe tus conclusiones en un
párrafo o dos.
Sabiendo
lo que quieren es más fácil. Teniendo claro que es lo que esperan de nosotros
podemos pasar de sentirnos abrumados por lo que creemos que esperan, a queridos
y apoyados cuando lo vemos a través de sus ojos. Habitualmente sobrestimamos lo
que la gente espera de nosotros.
Después
viendo si tienes claro que esperas de esa relación, cuáles son tus expectativas,
para clarificarlas primero contigo mismo y después poder compartirlas con esa
persona importante.
Puede
que pienses que va a ser difícil, igual decides no tener esa conversación, no
pasa nada, quizá otras personas te pueden orientar sobre qué puede esperar esa
persona importante.
También
nos podemos observar ¿Qué reacciones automáticas tenemos con la gente que es
importante para nosotros? ¿Cómo afectan estas reacciones a nuestras relaciones?
Para
estas conversaciones escoge bien el momento, el lugar, con tiempo suficiente.
No hables de lo que no quieres. Cada relación es única y cada persona reaccionará
de una manera distinta. El propósito es clarificar las expectativas que tenemos
ahora y si tiene sentido cambiarlas. Dejar a los demás sintiendo que los
entiendes mejor y que la relación es mejor. Mirar más al futuro que al pasado.
Te
invito a mantener conversaciones significativas con aquellos que quieres,
aquellos que son importantes para ti. Te propongo que tengas esta semana una
conversación significativa con alguien de tu familia, con alguien del trabajo
(igual tú jefe), con un buen amigo o un compañero de viaje. Te invito a que
clarifiques las expectativas de tus relaciones (no tengas las conversaciones
que no quieras tener).
Este post está inspirado en el
libro de Stewart D. Friedman “Leading the Life You Want: Skills for Integrating
Work and Life” (Harvard Business, 2014)
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