Una
de las características de esta época es la falta de concentración, la ausencia
del presente, del aquí y ahora. Hay quien tiende más al pasado, a un pasado que
recuerda como mejor o a un pasado que recuerda negativamente y que siente le
condiciona el presente. Otros tienden más al futuro, a ensoñar, a planificar, a
esperar que algo cambie sin hacer nada. Algunos optan por estar en el presente.
Lo
único que vivimos es el momento presente y desde este presente construimos
nuestro futuro, que depende de nosotros en gran medida, aunque las
circunstancias influyen, lo determinante es que hacemos con nuestras
circunstancias.
A
esta falta de presencia, de concentración, podemos añadir la falta de
constancia, el ir cambiando rápidamente de una cosa a otra, la multitarea,
saltando de un lugar a otro sin acabar nada.
Recibimos
multitud de estímulos que tratan de captar nuestra atención, tenemos múltiples
opciones disponibles, para trabajar o para entretenernos. Tenemos tanto que
podemos-queremos hacer que en ocasiones nos perdemos por el camino de un sitio
a otro sin acabar nada.
Tengo
costumbre de ir a las bibliotecas y observar, ver cada cuanto tiempo los que
están por ahí se desconcentran, miran el móvil, salen a dar una vuelta, charlan
con el de al lado, se entretienen de distintas maneras. Esto pasa entre los
jóvenes y no tan jóvenes.
También
podemos parar en cualquier cafetería y observar en las conversaciones quién
está allí y cuánto tiempo está ahí. Cada cuánto miran al móvil, se les ve
perdidos en sus pensamientos. Tan poco habitual es estar con alguien que
escuche empáticamente, que se le perciba contigo, que hasta llama la atención.
Y
el estar presente es un hábito, y cómo todo
hábito se puede entrenar, igual que podemos llevar muchos años entrenando el
hábito de no estar presentes, tomando la costumbre de ir a otro lado porque
enseguida nos aburrimos, probemos a establecer el hábito de estar presentes. La
técnica pomodoro nos puede ayudar.
Francesco
Cirillo observo la falta de concentración cuando era estudiatne en las
bibliotecas y en sí mismo y se preguntó durante cuánto tiempo podía estar concentrado
en algo ¿Cuánto tiempo podría estudiar seguido sin descentrarse?
Pomodoro Technique - foto de Jussi Linkola |
Francesco
estimo que 25 minutos estarían bien y esto es lo que viene a llamarse “pomodoro”,
que es tomate en italiano, recordando los relojes de cocina que nos avisan de
cuando el tiempo de cocción ha transcurrido. En este caso debes poner un reloj
de cuenta atrás al empezar con la actividad y en cualquier momento te estará
indicando cuanto te queda para completar los 25 minutos.
La
idea es mantener la concentración en lo que estás haciendo durante esos 25
minutos evitando las interrupciones, tanto externas como internas.
Interrupciones externas pueden ser llamadas al móvil, mensajes entrantes,
visitas en el despacho y otras tantas. Las internas pueden ser llamadas que
hacemos, se nos ocurre algo y vamos a hacerlo, escribimos un correo, nos
levantamos (si observamos, las internas suelen ser más habituales que las
externas).
El
objetivo es hacer cuantos más bloques de 25 minutos mejor. Para que el pomodoro
cuente debes conseguir estar los 25 minutos dedicado a la tarea evitando las
interrupciones.
Por
ejemplo, si aparece alguien por la puerta que quiere hablar contigo y en ese
momento te pones a la conversación habrás interrumpido el pomodoro y no
contará. En cambio sí te quedan 13 minutos de pomodoro y le dices, te importa
que vaya a verte en 13 minutos, casi seguro que puede esperar y tú podrás
acabar tu pomodoro. Después aprovechas el descanso tras los 25 minutos y vas a atender
a ese compañero, que quizá ya tenga su problema solucionado.
Lo
mismo aplica para las interrupciones internas, cuando te acuerdas de que tienes
qué buscar algo en internet o mirar que tiempo va a hacer el fin de semana. Lo
apuntas en una hoja y sigues con lo que estabas haciendo, cuando acabes el
pomodoro puedes decidir dedicarte a ello.
Una
vez que acabes los 25 minutos toca descansar, 2 o 3 minutos entre pomodoro y
pomodoro (estirarte, respirar…) para volver a la concentración y unos 15-20
minutos cuando hayas acumulado 4 pomodoros. Es importante hacer los descansos,
te permitirán estar concentrado esos 25 minutos.
Esta
es la técnica resumida según lo explica Francesco Cirillo en su libro “the
pomodoro technique” de la que podéis encontrar más detalles en su página web pomodorotechnique. Hay hasta aplicaciones para móvil
que permiten planificarse en base a pomodoros.
En
cualquier caso la podéis adaptar para vosotros o para los más jóvenes. Con mis
hijas hago pomodoros de 15 minutos cuando tienen que hacer tarea y después
pueden disfrutar de otros 15 minutos con el ordenador, un trato justo. No ven
la tarea como algo interminable, sino que sólo hay que estar 15 minutos, se
acabe o no se acabe, después 15 minutos con algo entretenido y otros 15 con
tarea, así hasta acabar, lo importante es ir dando pasos.
Con
vosotros mismos podéis variar también el tiempo, aumentarlo o reducirlo, si vas
avanzando con tiempo siempre llegas.
Si
eres bombero igual no te aplica la técnica pomodoro, tu trabajo es atender
emergencias. O si tu trabajo es atender al público cuando venga alguien quizá
no sea adecuado que le digas si puede esperar 12 minutos. En cualquier caso es
muy probable que tengas que hacer algún trabajo para el que necesites
concentración y en esos casos esta técnica te puede resultar adecuada.
Me
dedico entre otras cosas a formar en gestión del tiempo y la experiencia con la
gente que acude a los cursos es que la técnica pomodoro y sus adaptaciones
ayudan a acabar cosas que antes no avanzaban.
Te
invito esta semana a probar con la técnica “Pomodoro” y a que veas cuántos
pomodoros eres capaz de hacer en un día. Puedes empezar con alguna actividad
que quizá te cueste como puede ser el inglés o hacer deporte. ¿25 minutos son
demasiados? Empieza con menos.
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