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domingo, 20 de septiembre de 2020

Incertidumbre, revolución, cambio

Soy profe, comienza el curso y las expresiones que me salen son ¡menudo follón! ¡Vaya lío! ¡cuánto cambio! Más que un cambio es una revolución. Este año académico va a ser todo un reto, un reto anunciado porque llevamos más de seis meses conviviendo con el COVID-19.

El miedo, la incertidumbre, se palpan en el ambiente. Cada uno vive su propia realidad. El miedo puede llevar a quedarnos paralizados, a salir corriendo. Ese miedo desata las críticas al que hace y al que no hace, críticas no siempre constructivas, que entorpecen más que facilitar. Lleva a discusiones, que, sin nuevas soluciones, nos dejan a todos peor.

Cómo profesores somos responsables de facilitar el aprendizaje de nuestros alumnos y también de cuidar la salud, la suya y la nuestra, en su triple dimensión: física, mental y social. Así lo recoge la definición de la Organización Mundial de la Salud.


No estamos solos. A pesar de las críticas, veo a muchos que han estado trabajando estos meses, entre ellos la dirección de mi centro, con las herramientas que tienen, con las dudas y la incertidumbre.

La desconfianza se ha extendido, ya no sabemos que pensar, en quien confiar. Sin confianza estamos perdidos. Elijo confiar en los que han estado trabajando, los que son responsables de dirigir, los que tienen más información, los que saben con qué medios podemos contar.

“No se puede vivir con desconfianza en todo y en todos, la vida deja de ser vida”

Escojo asumir mi responsabilidad, en mi ámbito, emplear la energía y el tiempo en lo que depende de mí. Dejar de perder energía y tiempo en lo que corresponde a otros. Dejar que aquel que tenga la responsabilidad de dirigir de directrices claras.

“Si no lo hacemos en equipo, todos juntos, va a ser mucho más difícil”

Son demasiadas cosas, demasiados problemas, para asumirlos todos, centrarse en lo importante. Conocer hasta dónde llega mi responsabilidad. En ese ámbito, hacer todo lo que pueda, y no más, cuidándome para poder cuidar. Cada día cambia, no puedes controlarlo todo, el camino se va abriendo al andar.

Las directrices se están ocupando de la dimensión física, de que no nos contagiemos. Es nuestra labor complementar, si podemos, lo que se puede estar olvidando más. El cuidado de las dimensiones mental, emocional y social de la salud.

Y cómo profesor, algo tan simple y complicado cómo facilitar el aprendizaje. El aprendizaje que será diferente, como cada año es diferente. Los nuevos retos de este año nos traen nuevos aprendizajes, también a los profesores, que emplearemos nuevos medios.

Como empezaba, este año es todo un reto, en casa, en la educación, en el trabajo, en el día a día de cada uno. Tiempo para ocuparse y adaptarse, hacer lo que podemos y aparcar lo que no podemos (No podemos con todo). Tiempo de apoyar a y apoyarse con los demás; las dificultades del camino se superan mejor acompañado.


miércoles, 29 de julio de 2015

Consciencia y responsabilidad

No es fácil ser consciente, hacernos responsables, sentimos que es mejor vivir anestesiados, echando balones fuera, haciendo culpables a los demás de nuestra situación, de nuestros resultados.

La consciencia supone el dolor de la lucidez, saber que depende de ti, ver lo que te gusta y también lo que no te gusta de tus actuaciones, de tus elecciones.

Es más fácil vivir en automático, lo que nos toca, sin plantearnos que tenemos opciones, que podemos elegir. Y la vida va pasando, los años vuelan en una jaula de oro que nosotros mismos hemos creado. No decidir también es elegir, puedes elegir sobrevivir o supervivir, haciéndote responsable.

Hacerte consciente es una elección que te lleva de dejar pasar la vida a vivirla, hacerte presente. No es cuestión de estar todo el día dando vueltas a la cabeza, es cuestión de no esconder la cabeza, no ocultarnos nuestros sentimientos y nuestros problemas. Si no te gusta tu trabajo puedes esconder la cabeza y no planteártelo, seguir tirando, o hacerte consciente y elegir. Puede ser que la mejor elección sea seguir donde estás o puedes que no, tú decides ¿Quieres ser protagonista de tu vida?
¿Escondes la cabeza? Foto de jlmaral
Lo mismo que en el trabajo aplica para estudios, relaciones de pareja, sitio donde vives… Si tú no decides alguien decidirá por ti, o las circunstancias decidirán. Igual te despiden (y te despiertas) o lo que puede ser peor no lo hacen, tu pareja decide que no quiere seguir contigo… Pueden pasar tantas cosas ¿Tu qué quieres que pase? ¿Qué estás dispuesto o dispuesta a hacer para que suceda?

Tiene que ver con ser proactivo, decidir, escoger. No eres dueño de lo que te pasa pero si de cómo respondes a lo que te pasa. Por la mañana te puedes encontrar un atasco y eliges cabrearte o poner música, consciente o inconscientemente, y decides cuanto te va a durar el cabreo, si todo el día o te vas a olvidar del atasco. Esta simple decisión puede marcar tu día y tu relación con los que te encuentras.

No somos esclavos de lo que pasa, vamos marcando nuestro camino, aunque no elegimos lo que pasa si influimos en ello, tenemos responsabilidad (habilidad para responder) aunque no siempre la empleemos.

Descubrir o volver a encontrar nuestra pasión. En el trabajo puedes perderte con los procedimientos, las obligaciones o recordar que es lo que te apasionaba cuando empezaste, en mi caso compartir con los alumnos, ayudar a aprender, acompañar en el camino. Puedes redescubrir tu relación de pareja, conectar de nuevo con los amigos, con la familia. Busca y encuentra tus razones.


Puedes elegir, siempre puedes elegir como quieres vivir a partir de ahora, eres dueño de tu destino. Como ayer compartían unos amigos puedes decidir vivir despeinado como Mafalda en el siguiente video.