miércoles, 29 de julio de 2015

Consciencia y responsabilidad

No es fácil ser consciente, hacernos responsables, sentimos que es mejor vivir anestesiados, echando balones fuera, haciendo culpables a los demás de nuestra situación, de nuestros resultados.

La consciencia supone el dolor de la lucidez, saber que depende de ti, ver lo que te gusta y también lo que no te gusta de tus actuaciones, de tus elecciones.

Es más fácil vivir en automático, lo que nos toca, sin plantearnos que tenemos opciones, que podemos elegir. Y la vida va pasando, los años vuelan en una jaula de oro que nosotros mismos hemos creado. No decidir también es elegir, puedes elegir sobrevivir o supervivir, haciéndote responsable.

Hacerte consciente es una elección que te lleva de dejar pasar la vida a vivirla, hacerte presente. No es cuestión de estar todo el día dando vueltas a la cabeza, es cuestión de no esconder la cabeza, no ocultarnos nuestros sentimientos y nuestros problemas. Si no te gusta tu trabajo puedes esconder la cabeza y no planteártelo, seguir tirando, o hacerte consciente y elegir. Puede ser que la mejor elección sea seguir donde estás o puedes que no, tú decides ¿Quieres ser protagonista de tu vida?
¿Escondes la cabeza? Foto de jlmaral
Lo mismo que en el trabajo aplica para estudios, relaciones de pareja, sitio donde vives… Si tú no decides alguien decidirá por ti, o las circunstancias decidirán. Igual te despiden (y te despiertas) o lo que puede ser peor no lo hacen, tu pareja decide que no quiere seguir contigo… Pueden pasar tantas cosas ¿Tu qué quieres que pase? ¿Qué estás dispuesto o dispuesta a hacer para que suceda?

Tiene que ver con ser proactivo, decidir, escoger. No eres dueño de lo que te pasa pero si de cómo respondes a lo que te pasa. Por la mañana te puedes encontrar un atasco y eliges cabrearte o poner música, consciente o inconscientemente, y decides cuanto te va a durar el cabreo, si todo el día o te vas a olvidar del atasco. Esta simple decisión puede marcar tu día y tu relación con los que te encuentras.

No somos esclavos de lo que pasa, vamos marcando nuestro camino, aunque no elegimos lo que pasa si influimos en ello, tenemos responsabilidad (habilidad para responder) aunque no siempre la empleemos.

Descubrir o volver a encontrar nuestra pasión. En el trabajo puedes perderte con los procedimientos, las obligaciones o recordar que es lo que te apasionaba cuando empezaste, en mi caso compartir con los alumnos, ayudar a aprender, acompañar en el camino. Puedes redescubrir tu relación de pareja, conectar de nuevo con los amigos, con la familia. Busca y encuentra tus razones.


Puedes elegir, siempre puedes elegir como quieres vivir a partir de ahora, eres dueño de tu destino. Como ayer compartían unos amigos puedes decidir vivir despeinado como Mafalda en el siguiente video.

3 comentarios:

  1. Gracias Nacho. Me viene estupendo leerte en esta entrada. Un abrazo
    Luis Antonio

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  2. Otra fórmula es cortase hasta que no te despeines... a mi me funciona ;-)

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