Si
no friegas o pones la mesa es difícil que rompas un plato, si no cocinas no se
te quemará la comida, si no te presentas a un examen no suspenderás o si no
pides una cita a alguien que te gusta no te dirán que no. También te perderás
tener los platos limpios por ti mismo, cocinar una buena comida e ir
aprendiendo a cocinar, aprobar el examen o que te digan que “sí” al pedir la
cita a alguien que te gusta.
Como
en estas ocasiones comentadas hay otras en las que puede que no lo intentes por
miedo al fracaso, miedo al qué dirán, a no dar la talla. Dice el refrán “siente
miedo y hazlo de todos modos”. Si no haces no te equivocas pero tampoco
consigues muchas cosas, sin decisión
para hacer te perderás muchas cosas sin probar.
Saltando en Menorca - Foto de Xosé Castro Roig |
El
miedo puede ser positivo para protegernos del peligro, aunque en el caso que te
paralice ante un peligro falso te está negando algo que ya te pertenecía, algo que
no te atreves a coger.
Uno de esos peligros falsos es valorar
más lo que los demás dicen de ti, lo que puedan llegar a pensar, que valorar lo
que piensas tú de ti mismo. Para conseguir algunos de tus
objetivos, de las cosas que te gustarían, debes salir de la zona cómoda, la
zona de confort, lo habitual y en ocasiones hacer frente a la presión del grupo,
que marca otra dirección. El rebaño de ovejas sigue a las que van en cabeza, lo
que no quiere decir que las primeras sepan a dónde van.
Dice
Francisco Alcaide que cuando haces algo “aciertas
o aprendes”. Es difícil que todo nos salga perfecto a la primera, de hecho
la mayoría de nosotros andamos y parece que de media nos caemos 4000 veces
antes de aprender a andar. Si no nos hubiésemos arriesgado a caernos ahora no
andaríamos. No he conocido a nadie que no se haya caído nunca, podéis preguntar
por ahí.
Si
no sale, si te equivocas, te puedes recuperar, para eso está la resiliencia, la
capacidad de recuperarnos de situaciones adversas. Y cómo los músculos la
tendremos más desarrollada si la trabajamos, nos recuperaremos más fácil, igual
que nos resultará más fácil tomar el riesgo de hacer si nos vamos habituando
con pequeñas cosas.
Hacer
lo de siempre es cómodo, seguro, puede ser aburrido, te pierdes el 100% de los viajes a los que nunca te arriesgas. Esto
no significa que debamos estar constantemente atreviéndonos, lo que quiero decir
es que merece la pena arriesgarse de vez en cuando. Seguro que todos tenemos en
mente alguna vez en la que hubiese merecido la pena atreverse y seguro que
también todos tenemos en mente alguna cosa en la que merezca la pena tomar el
riesgo, empieza por ahí.
En
un cartel leí: “no nos atrevemos a muchas cosas porque nos parecen difíciles,
pero son difíciles porque no nos atrevemos”
No
se puede reciclar el tiempo perdido, ni las oportunidades perdidas, aunque
siempre hay ocasiones nuevas. El tren pasa varias veces, aunque hayas perdido
el anterior igual todavía estás a tiempo, si te decides a subir a algún tren.
No me gusta el dicho del tren sólo pasa una vez, creo que no es cierto, aunque a veces no somos capaces de ver los trenes
que van pasando. No te quedes anclado en lo que no hiciste, eso ya pasó.
No
sacas tiempo para esa afición que tanto te gusta, emplea el truco de los 5
minutos, es cómo magia, seguro que puedes sacar 5 minutos esta semana para
ella, por arte de magia, si te comprometes a dedicar esos 5 minutos aparecerá
más tiempo. Normalmente lo que más cuesta es ponerse.
Como ya dije en una entrada anterior, puedes elegir seguir igual o cambiar, tú decides, tenemos la libertad de elegir
aceptando las consecuencias. El que no arriesga no gana, tanto pones tanto
sacas, si no pruebas no lo consigues. No hacer puede ser más estable aunque nos
priva de oportunidades para que pasen cosas
nuevas.
Una
gran película como es “El club de los poetas muertos” nos invita a ver el mundo
desde otra perspectiva, no ser amebas,
escuchar nuestra propia voz, coger las rosas mientras podamos, pues todos
seremos pasto de los gusanos, la mala noticia es que no somos inmortales,
aunque vivamos como si lo fuésemos, no
esperes a que sea demasiado tarde, carpe diem. Te dejo un fragmento de la
película que seguro puedes saborear (son menos de 2 minutos).
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