Vivir
tu tiempo tiene que ver con lo que haces, con las bases que sustentan esas
acciones, con las creencias que has ido
aprendiendo desde niño: lo que está bien o lo que no, lo hermoso y lo feo, lo
correcto o lo incorrecto, lo que se puede o lo que no se puede hacer.
Los
niños son más libres, sonríen y se divierten más. De forma espontánea tendemos
a jugar, a disfrutar de las cosas, a explorar, aprender, ser felices y amar. De
adultos nos hemos domesticado, hemos ido almacenando condicionantes que ni nos
planteamos. No somos más libres por las obligaciones que nos autoimponemos.
Nos
pasamos la vida haciendo para agradar a los demás y ser aceptados o para agradarnos a nosotros mismos y aceptarnos, sin consciencia ni nos damos cuenta de que no somos
libres, de que vivimos condicionados por las creencias aprendidas.
Los cuatro acuerdos en Youtube |
- Se impecable con tus palabras: las palabras son expresión de los pensamientos, herramienta que empleamos para pensar (comunicarnos con nosotros mismos) y para comunicarnos con los demás. Las habladurías son puro veneno, las críticas perjudican al que las recibe y al que las hace. Las palabras poseen el poder de crear cosas, primero en la imaginación y después realmente.
“Siendo
impecable con tus palabras te tratarás mejor a ti mismo y tratarás mejor a los
demás”
“Por
la ley de la reciprocidad, recibimos
lo que damos, tu vida mejorará”
- No te tomes nada personalmente: Cuando alguien te critica por algo es probable que parta de su propia inseguridad. Si alguien te manda a la mierda sin conocerte, probablemente tenga un problema, está hablando de él. Los comentarios de otros no pueden afectar a lo que eres. Reaccionamos porque tenemos la necesidad de tener razón, lo que supone que los demás están equivocados ¿Qué ganas si demuestras que están equivocados? ¿Enemistad? Ni siquiera lo que opinas sobre ti mismo es necesariamente verdad (a veces nos mentimos a nosotros mismos). No eres responsable de lo que digan los demás.
“Cuando
alguien te critica no está hablando de ti está hablando de él mismo”
- No hagas suposiciones: tendemos a pensar que lo que suponemos es cierto. Creemos que adivinamos lo que los demás quieren de nosotros y nos ponemos a hacerlo. Suponemos que están pensando mal de nosotros y hacemos un drama, tememos pedir aclaraciones y sacamos nuestras propias conclusiones. Suponemos que el que está con nosotros sabe lo que queremos y omitimos decírselo, además nos cabreamos en caso de que no lo adivine. Hacer suposiciones nos lleva a muchos malentendidos.
“Con una comunicación clara las
relaciones cambian”
- Haz siempre lo máximo que puedas (ni más ni menos): A veces será mejor y otras no tan bueno. Si haces de más el cuerpo se resiente, lo que es ir contra ti. Haz por la satisfacción de hacer, no por la recompensa, seguramente conseguirás más de lo que esperabas. Aprende a aceptar tus errores, aprende de ellos y acéptate a ti mismo.
“Las
ideas hay que ponerlas en acción, sino se quedan en nada, no habrá resultados
ni recompensas”
“Di
no cuando quieras decir no y sí cuando quieras decir sí”
En la
base de estos acuerdos están: no juzgar y no juzgarte, abandonar la necesidad
de justificación, darte libertad para expresar lo que quieres, lo que no
quieres y tus sueños, dejar la necesidad de tener razón y el miedo a amar y no
ser correspondido, perder el miedo a
explorar la vida.
Aplica
el cuarto acuerdo (hacer lo máximo que puedas) a los tres anteriores. Costará
ser impecable con tus palabras, practica, hazte consciente de cuando rompes ese
acuerdo contigo mismo, mejora. Habrá veces que te encuentres tomándote algo
personalmente, no eres tan importante, déjalo ir, sigue practicando. Harás
suposiciones que te lleven a malentendidos, vete haciéndote consciente y haz lo
máximo que puedas.
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