miércoles, 18 de noviembre de 2015

Infoxicados

Estamos infoxicados, saltamos tan rápido de una página web a otra que no nos damos tiempo para asimilar, en la cultura de la prisa prima la cantidad. Tanto que leer y tanto que leemos y después de tanto esfuerzo y tanto correr no nos quedan ideas claras.

Tenemos un problema de tiempo para tanto que queremos procesar, empezando por el Whatsapp, con todos sus grupos ¿Cuántos se pasan ya más de dos horas diarias con el móvil? ¿Qué valor nos aporta lo que leemos en el Whatsapp? Muchos han decidido salir de la aplicación y abandonarla totalmente, incapaces de poner límites a su conexión infinita.

Una adicción supone como tal que tenga repercusiones negativas en el entorno, en las relaciones. Por poner algún ejemplo: ¡Cuántas parejas se ven influidas negativamente por el uso excesivo de las nuevas tecnologías de la información! Uno quiere hablar y el otro está conectado al móvil o ¡cuántos niños se quedan diciendo algo a sus padres sin ser escuchados! Los padres, a veces, damos mal ejemplo conectados al móvil y desconectados de los niños (después diremos que no escuchan, aprenden por imitación).
Foto tomada de libertad digital: lo que el amor ha unido que no lo separe un móvil
Dicen que estamos en la era de la información, será así si somos capaces de adaptarnos. Algunos están en la era de la información y otros en la era de los datos, muchísimos datos de los que podemos sacar información valiosa o en los que perdernos.

¿Cuál es la diferencia entre datos e información? La información nos sirve para tomar decisiones, nos ayuda a que estas sean acertadas con mayor probabilidad. Los datos solo nos sirven para ocupar espacio en la cabeza.

Nuestra cabeza es como un ordenador, si la llenamos, como cuando llenamos la RAM del ordenador, ira lenta, pensaremos más despacio y cometeremos más errores, como le pasa al ordenador saturado. En un trastero demasiado lleno no encontramos lo que buscamos. Si llenamos demasiado nuestra cabeza la convertimos en un trastero en el que no encontrar nada.

Tampoco nos podemos obsesionar por conseguir toda la información, tenemos que aprender a vivir con cierta incertidumbre, nunca sabremos todo, nunca vamos a estar seguros. Si nos obsesionamos con tener todo controlado entraremos en “parálisis por análisis”, tanto analizar las posibilidades al final no decidimos nada. Saber decidir cuando tengo suficiente información, cuándo así ya vale para tomar una decisión o hacer lo que quiero.

“No se puede saber todo”

En marketing está demostrado que con demasiadas opciones compramos menos, el temor a equivocarnos con tantas posibilidades. Si tenemos que decidir entre 24 mermeladas compraremos menos mermeladas que si tenemos 6 mermeladas para elegir. El 30% de los que paran en la muestra con 6 sabores acaban comprando un tarro, mientras que solo el 3% de la mesa de 24 sabores acaban comprando uno. Te dejo un video de Sheena Iyengar explicando como decidimos con más información o si nos bloqueamos (16 minutos).


Internet está diseñado de una forma atractiva para nuestro cerebro, al que le gusta saltar de un sitio a otro. Podemos pasar dos horas conectados a Internet leyendo y acabar no recordando nada de lo que hemos leído. Como cuando pasamos un par de horas delante de la televisión con el mando a distancia, cambiando de un canal a otro sin ver nada realmente.

Cómo movernos en el mar de datos, en el mar de publicaciones, de cosas interesantes que nos llaman la atención:
  1. Para pensar con más claridad debemos empezar con un objetivo claro en mente, para no perdernos. En lugar de ir saltando de un lugar de la red a otro sin propósito tener claro que información buscamos y cual vamos a leer.
  2. En este caso menos es más (menos información aporta más claridad). Buscar lo relevante, lo que nos aporta valor para las decisiones que vamos a tomar o lo que tenemos que hacer y eliminar el ruido de todos esos datos superfluos.
  3. Recomiendo un par de semana de dieta hipo-informativa, es decir, bajar la cantidad de información que procesamos: menos televisión, menos prensa, menos radio, menos Internet sin propósito, menos correos, menos Whatsapp.
  4. Ser selectivos con lo que leemos, vemos y las charlas a las que acudimos, es el alimento de nuestra mente. Igual que para estar en buena forma física somos selectivos con lo que comemos y no nos excedemos en cantidad para estar en buena forma mental debemos alimentar de forma adecuada a nuestra mente, además de ejercitarla periódicamente.
  5. Buscar momentos para no procesar información, momentos de descanso mental, de descanso, de respiraciones profundas.

Si conoces a alguien que esté infoxicado igual le viene bien leer este post (aunque no sé si llegará hasta el final o si se quedará entre la pila de documentos por leer) o mejor aún, envíaselo a quien te inunda con información, igual así piensa mejor que es lo que merece la pena enviar.

Por cierto, felicidades si has sido capaz de llegar al final del artículo, con tanta prisa tendemos a leer a medias y no acabar, dejar para más tarde, ese momento que nunca llega.

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