domingo, 20 de diciembre de 2020

El secreto para conseguir resultados

En este mundo de la inmediatez, donde todo lo queremos para ya, hace dos semanas escribía sobre la paciencia y la constancia para llegar donde queramos. La energía la podemos encontrar en el propósito, en la meta clara, en un objetivo donde encontrar motivación, el motivo para la acción.

A veces esa constancia supone sacrificio y esfuerzo, acompañados de fuerza de voluntad. Otras veces parece más fácil, hay un secreto para conseguir la constancia necesaria.

Quería escribir una entrada en el blog todas las semanas y encontré mi rutina de domingo por la mañana: Al levantarme me ponía a escribir lo que me había venido rondando por la cabeza durante toda la semana. Resultaba fácil, casi automático, el sábado me venían muchas ideas a la cabeza y el domingo escogía sobre qué escribir.

Ahora, la rutina ha cambiado, el domingo por la mañana vamos al monte. Me levanto, me calzo las botas de montaña y nos vamos a respirar aire puro y a disfrutar del almuerzo. Un hábito que también me encanta.

De repente se hace más difícil escribir la entrada el blog, ahora supone esfuerzo, no tiene su hueco automático y tengo que buscárselo. Las ideas no avanzan solas. Cuando sabía el momento en el que iba a escribir, era como si cuerpo y mente se preparasen automáticamente.

Si quiero seguir escribiendo semanalmente puedo dejarlo a encontrar el momento y poner fuerza de voluntad cada semana o encontrar el mismo espacio de tiempo todas las semanas (día y hora), para que se convierta en rutina y funcione casi solo. Poner esfuerzo las primeras semanas para que después funcione en automático.

Ayer oía hablar a Nadal de las rutinas para sacar cuando juega al tenis, algunos lo pueden llamar manías. Dice que esas rutinas solo las tiene cuando compite, que ayudan.

Rutina de Rafa Nadal. Tomado de sextoanillo.com

Las rutinas y los hábitos son casi sinónimos. Nos llevan por un camino, en una dirección, casi sin darnos cuenta. En algunos casos nos ayudan y en otros nos pueden perjudicar, sobre todo si nos llevan al exceso.

Dicen que un hábito necesita de 21 repeticiones para establecerse. Es una gran mentira, que a base de repetirse parece verdad. Lo cierto es que cuando repetimos algo, con cada repetición, la siguiente resulta más fácil. Con el tiempo lo convertimos en parte de nosotros.

Si me acostumbro a leer todos los días antes de acostarme me costará dormir si no leo. Si me acostumbro a correr todos los días, el día que no corro me duelen las piernas, es su forma de decir que falta algo.

Las rutinas, los hábitos, pueden ser difíciles de establecer. Lo más difícil es empezar. Después continuar resulta más fácil. La inercia hace que después sea difícil frenar, dejarlo.

La primera ley de Newton, la ley de la Inercia, dice que todo cuerpo continuará en su estado de reposo o movimiento rectilíneo uniforme a no ser que se le aplique una fuerza que le haga cambiar de estado. Como los cuerpos de Newton tenemos inercia, nos mantenemos en nuestras rutinas a no ser que hagamos algo para cambiar.

La clave está en el comienzo, aplicar la fuerza de voluntad inicial suficiente para empezar a movernos o cambiar de hábitos. Escoger los hábitos que nos convienen, empezar y con cada repetición nos costará menos seguir.

Ahora que llega el nuevo año, que seguro vendrá acompañado de buenas intenciones, regálate buenos hábitos, que te hagan más fácil tener una buena vida.

Los hábitos nos evitan tener que hacer con esfuerzo y tener que decidir en cada momento que hacer. Nos llevan a la meta pudiendo disfrutar del camino, sin desgastar la fuerza de voluntad, que es limitada.


Te deseo un 2021 lleno de buenas rutinas.

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