La
vida tiende a repetirse más de lo que pensamos y sino veamos un texto atribuido
a Sócrates hace más de 2.400 años:
“La
juventud de ahora ama el lujo, tiene pésimos modales y desdeña la autoridad.
Muestran poco respeto por sus superiores y prefieren insulsas conversaciones al
ejercicio. Son ahora los tiranos y no los siervos de sus hogares. Ya no se
levantan cuando alguien entra en casa. No respetan a sus padres. Conversan
entre sí cuando están en compañía de sus mayores. Devoran la comida y tiranizan
a sus maestros” (atribuido a Sócrates).
Aunque
Sócrates ya lo contó hace mucho seguro que este texto nos lo podríamos atribuir
o se lo podríamos atribuir a alguno de nuestros mayores actuales, será que hay
cosas que siempre funcionan de una manera muy similar.
Teniendo
esto en cuenta, si ya sabes qué es lo que quieres, dónde quieres ir, tienes un fin en mente, es momento de preparar el
camino, para lo que sería estupendo poder contar con alguien que ya ha
conseguido lo que tú quieres, que ya ha recorrido el camino.
Busca quién te señale el camino. Foto de Txindoki |
Si
no tomas la dirección correcta te puedes encontrar trabajando muy duro en algo
que no te lleva donde quieres. No hay nada tan inútil como hacer con mucho
esfuerzo algo que no sirve para nada.
Si
vas a ir de viaje a la India será bueno que te pongas en contacto con alguien
que ya ha estado ahí, que va a menudo y mejor si sigue viviendo allí. Seguro que
te puede dar buenas orientaciones.
Lo
mismo sirve si eres estudiante de 2º de BACH y quieres ser médico traumatólogo.
Seguramente sería bueno que hablases con los que ya están ejerciendo, te darían
buenos consejos. También puedes hablar con los que están haciendo el camino y
te llevan ventaja, los que ya están haciendo la carrera de medicina.
Si
cuentas con los que ya han pasado por lo que tienes que pasar para llegar dónde
quieres llegar el camino será más fácil, no te lo pongas difícil.
Puedes
pensar que es complicado ponerse en contacto con quien quieres hablar, en
nuestro ejemplo con un médico traumatólogo. Nos ponemos la excusa “¡no conozco
a nadie!” “¡No conozco ningún médico!” Tienes dos vías para poder llegar a estar
personas si no las conoces.
La
primera conocidos comunes, la teoría de los seis gradosde separación nos dice cualquiera está conectado a cualquier otro del
planeta a través de una cadena de conocidos que no tiene más de cinco
intermediarios. El mundo es un pañuelo. Puede ser que te resulte difícil llegar
hasta un astronauta, llegar a un médico te va a resultar más fácil.
La
segunda es romper la barrera de la vergüenza y preguntar, no tienes nada que
perder y mucho que ganar. Llama a la puerta del médico y dile que te gustaría
llegar dónde él está, que admiras su profesión, pregunta si tiene algún consejo
o te puede dedicar 10 minutos. Casi seguro que te dedicará más tiempo. A las
personas nos encanta ser admiradas y que escuchen nuestra historia, podemos
aprender mucho de los que ya saben.
Lo
mismo aplica para cualquier cosa que se te ocurra: ser bailarín, actriz,
empresario, si quieres ir al Everest, escalar, cambiar de trabajo y montar un
hotel pequeño en la playa o entrar en esa residencia de ancianos. Los que ya
han pasado por ahí tienen mucho que enseñar y a las personas nos encanta enseñar, ayudar, sentirnos
útiles y contribuir.
Busca
al que ya tiene la experiencia, según el refrán “más sabe el diablo por viejo
que por diablo” y que “quién no conoce la historia está condenado a repetirla”.
Si no conocemos el camino tropezaremos en los mismos sitios en los que
tropezaron los que nos precedieron, pregunta para tropezar menos, aunque seguro
que tienes que superar algún obstáculo nuevo.
Un
vez que ya sepas lo que quieres busca de quién aprender y aprende el camino
para llegar donde él ya ha llegado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario