El
primer paso para un buen aprovechamiento del tiempo es saber a dónde te
encaminas, que es lo que quieres y trazar el plan para llegar allí. El plan
supondrá actividades, cosas que hacer y después la tarea parece sencilla, ir
recorriendo el camino que hemos trazado.
Eso
que parece tan fácil, como por ejemplo cuando quieres perder peso o ponerte en
forma la tarea consiste en hacer ejercicio, como puede ser salir a correr. La
hora de la verdad, el momento de hacer, llega, y puede ser que te de pereza y
finalmente no hagas lo que tenías planificado. Como no quieres tener cargo de
conciencia te lo explicas a ti mismo: hoy estás muy ocupado y no hay tiempo,
hace muy malo, todavía no has comprado las zapatillas…
A veces no puedes esperar al momento perfecto y te tienes que atrever a saltar Foto de Haceme un 14 - Desafiando la realidad |
Lo
mismo aplica para otras muchas cosas: estudiar ese examen, leer cosas en
inglés, escribir esa carta un poco comprometida, llamar a un cliente, sacar la
basura, fregar los platos… Cosas que finalmente hacemos si no nos queda otro
remedio o que olvidamos igual que olvidamos el objetivo (perder peso).
Cada
uno tiene sus automatismos para evitar hacer. Como ejemplo si tienes que
estudiar en casa igual te vas a la tele, visitas la nevera o te pones con una
asignatura más sencilla. Si estamos en público nos buscamos otras alternativas para
que parezca que hacemos algo útil. Y la mayoría de las veces lo hacemos de
forma inconsciente, sin darnos cuenta, nos dejamos llevar.
En
ocasiones incluso nos engañamos a nosotros mismos, sabemos que tenemos que ponernos
con ese proyecto, que tenemos que hacer la declaración de la renta y nos
ponemos a ordenar facturas, a limpiar la nevera o cualquier otra cosa de menor
importancia. Y eso que es probable que nosotros mismos hayamos decidido que lo
más importante era lo que no estamos haciendo.
Seguro
que todos los lectores tienen la experiencia de haberse quedado en casa todo un
sábado por la tarde para estudiar y en realidad no haber estudiado ni cinco
minutos, entretenidos en cualquier cosa. Lo bueno que tenían los exámenes es
que cualquier opción resultaba atractiva.
El
primer paso es ser consciente de nuestros automatismos, cada uno tenemos los
nuestros. Puede que cada vez que enciendes el ordenador para trabajar lo
primero que hagas sea ir a una página que disfrutas en lugar de hacer lo que
tenías pensado hacer cuando encendías el ordenador (a mí me pasa de vez en
cuando).
Como
es un automatismo te vas en automático. Un truco es descubrirte y darte un
momento, cinco segundos, para decidir si te vas a dejar llevar en automático y
hacerte consciente de a dónde te lleva el dejarte ir.
Seguramente
muchas cosas las pospones porque te parecen complicadas y cuando finalmente las
haces son más fáciles o llevan menos tiempo del que tenías previsto al
principio.
Una
clave es ir trabajando la fuerza de voluntad, la autodisciplina, el ser capaz
de guiarte en el camino que quieres seguir. Empieza poco a poco, no puedes
empezar por levantar 100Kg, empiezas por 5Kg y vas subiendo conforme los
músculos acumulan más fuerza. La voluntad es igual, no puedes empezar por
estudiar todos los días 5 horas, empieza por cinco minutos y antes de
abandonar, de ni siquiera intentarlo, date cinco segundos para pensar si te
compensa posponer la tarea una vez más.
No
te engañes a ti mismo y te pongas excusas para no hacer lo que sabes que
quieres-tienes que hacer. Tienes la capacidad de elegir lo que vas a hacer en
cada momento.
Este post entró en mi buzón justo cuando más lo necesitaba. ¡Muchas gracias Nacho!
ResponderEliminarLuis
Me alegro de que te viniese bien ;-)
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