domingo, 14 de junio de 2020

Un millón de pasos (1.000.000) comienzan con un primer paso


¡Un millón de pasos parecen muchos (1.000.000)! Al menos he dado esos pasos en los últimos 100 días y el número va en aumento. El día 1 de marzo, hace más de tres meses, empecé dando 10.000 pasos diarios, los que recomiendan en distintos sitios y lo que comenzó cómo una idea se ha convertido en un hábito.

Teniendo en cuenta que ya han pasado más de 100 días y que no he fallado ninguno, pues la multiplicación es fácil (100 días x 10.000 pasos/día = 1.000.000 pasos).

La frase de Lao-Tse “Un viaje de mil millas comienza con un primer paso” no es tan difícil de superar, aunque mil millas suenen a mucho. Elige el viaje que quieres hacer y empieza por dar el primer paso. Después mantente dando pasos.

Casi seguro llegarán momentos de cansancio, de desgaste, como refleja el desgaste de los zapatos de la foto. Llegará el momento de cambiar de zapatos y continuar. Para seguir puedes encontrar la energía en un “para qué” del camino o simplemente en el disfrute de cada día, de cada paso, disfrutar de la actividad de caminar en sí misma. Es posible disfrutar del esfuerzo.

Mi zapato desgastado por más de un millón y medio de pasos (Junio 2020)
Las dos claves: empezar + continuar una vez que has empezado, mantener la constancia, la velocidad positiva, como dice mi amigo Mario Sánchez, la formula dice que espacio = velocidad x tiempo, lo que quiere decir que, si mantienes velocidad positiva, con tiempo, siempre llegas.

Y una vez que te pones, una vez que llevas ya 10.000, ya que estás, pues a menudo sigues. Has vencido la barrera de la pereza, la dificultad de empezar y seguir es más fácil. De hecho, ahora que llevamos dispositivos que lo miden todo, pues resulta que la media diaria que he hecho es de 15.000 pasos/día, así que son un millón y medio de pasos (1.500.000 pasos), casi las mil millas de Lao-Tse.

Lo pongo en cifras, con sus ceros, porque refleja a la cantidad tan grande que se puede llegar una vez que empiezas y mantienes la constancia. Es cómo el cuento de la liebre y la tortuga; la tortuga tarda pero siempre llega, va avanzando poco a poco.

Una vez encontrado el hábito, los espacios, resulta fácil mantener la constancia, el cuerpo te va llevando. Ahora ya hay unas horas en las que camino y esas horas están ahí para eso.

El Coronavirus ha ayudado, ha traído nuevos hábitos, y la suerte de estar en un país donde he podido salir a pasear (el cambio de circunstancias suele cambiar la forma de vivir). Espero mantener el hábito ahora que llega la “nueva normalidad”, esa nueva normalidad que escogemos cada uno de nosotros.

¿Qué camino quieres recorrer? ¿Qué millón de pasos quieres andar? Escoge tu camino y empieza a caminar. Y si no tienes claro el destino que sueñas, igual si tienes claro por dónde quieres empezar a andar, la senda se irá abriendo ante ti, con cada paso irás viendo más claro el siguiente.

2 comentarios:

  1. Excelente Nacho! Muy interesante que hayas dado cifras. Y muy motivadora tu entrada. Saludos!

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  2. Hola Nacho, me he sorprendido al leer este artículo porque precisamente he logrado lo mismo, a veces incluso más ... pensé que era de los pocos que lo había logrado, me alegro de saber que no soy el único, gracias por el artículo !!!

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